¿LOS HOMBRES TAMBIÉN QUEDAN EN EMBARAZO?
¿Qué hace que en pueblos tan distintos, y tan distantes como los maoríes y los wayús sean los hombres y no sus mujeres los que sienten las molestias y los dolores propios del embarazo?
En estas comunidades nadie lo pone en duda; de hecho, mientras ellas siguen trabajando, los señores son objeto de toda la consideración, las visitas y los cuidados de vecinos y familiares.
No es ciencia ficción. Estos varones llegan a experimentar dolores tan severos, que se estima que uno de cada cuatro cuya mujer está en embarazo se ve obligado a consultar con el médico.
El curioso síndrome de couvade, cuyo nombre está relacionado con la palabra del francés couver (empollar), hace referencia a una entidad masculina que reúne síntomas muy parecidos a los que padecen las señoras cuando están en embarazo, entre ellos antojos, irritabilidad, calambres, náuseas, mareos, dolor abdominal o en las muelas e incluso, aumento de peso.

Obviamente, esto ocurre de manera imperceptible, lo cual ha sido relacionado por los investigadores con una adaptación biológica, para que a través de estos síntomas de alguna forma los hombres acompañen a sus mujeres durante el embarazo.
Por ejemplo, la cercanía de su compañera gestante, cargar un bebé (incluso si es ajeno) o la recepción multisensorial de la parafernalia que acompaña el proceso.
No está mal, claro, que ellos comprendan mejor lo que experimentan sus mujeres y las necesidades que las aquejan. En algo sí pueden darse por bien servidos: en que nunca llegarán a sentir la verdadera dimensión de los dolores del parto.
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